lunes, septiembre 16, 2013

Luis Carretero sobre el Pendón de Castilla (Las nacionalidades españolas, 1952)


Incluso en detalles pequeños y anecdóticos se observa el embrollo alrededor de Castilla. Por ejemplo, es frecuente oir hablar de su pendón morado. Este color nunca lo fué de Castilla, que tuvo por suyo el rojo, conservado como tal por la ciudad de Burgos, su antigua cabeza.

El colo rmorado parece que se le dió Felipe IV a una guardia real que se creó en su reinado (Tercio de los morados). Lo adoptó, pues, pasados siglos de que Castilla dejara de existir como Estado independiente, la casa real española,  que lo ha usado hasta su derrocamiento, y tiene de castellano tanto como de catalán o andaluz

Ya entrado el siglo XIX se divulgó bastante la creencia en la tradición del "pendón morado de Castilla", y como tal y por considerarlo históricamente ligado a la democracia castellana fué adoptado este color por la Milicia Nacional y por la sociedad secreta de "Los Comuneros" - no poco grotesca y muy ignorante de lo que fueron las comunidades castellanas -. A pesar de que serios trabajos de eruditos demostraron lo infundado de tal tradición,  es un hecho que se ha extendido ampliamente, siendo hoy para muchos firme creencia .

Así como el color de la ciudad de Burgos ha sido siempre el rojo de Castilla  y rojas son - o por lo menos lo eran hasta 1936 - las cintas con que los dulzaineros y tamborileros del ayuntamiento adornan sus negros sombreros en las ceremonias y fiestas locales; el color tradicional de la Ciudad y Tierra de Segovia es el azul celeste,  del fondo de su escudo,  que junto con los colores reales (rojo de Castilla y blanco de León) se encuentra ya en los hilos de seda de que cuelga el sello de su concejo en documentos del siglo XIV. Azul celeste es la bandera segoviana, azules eran los tambores de la Ciudad y azules las medias del traje típico de los segovianos. A fines del siglo pasado o principios del que corre, un alcalde,  con dos títulos universitarios y más autosuficiencia que saber, decidió,  por las buenas,  que los vivos azules tradicionales de la gente uniformada del ayuntamiento de Segovia "estaban mal" y ordenó que se cambiaran por otros morados, "por ser éste el color de Castilla"; y así quedaron desde entonces. Es una anécdota trivial, oida a un viejo segoviano, pero que nos parece oportuno anotar en este punto.

El escudo de Castilla es un castillo de oro sobre gules. Por un capricho de la historia el color de Castilla - como el de Navarra - es el rojo; y por tan poderosa razón el morado, que distingue la bandera republicana de la monárquica, tiene un origen real. Si queremos dar una significación - cosa por lo demás innecesaria - a ese color de nuestra bandera, puede bién representar la unión de los publos hispanos; centralista y tiránica hoy, respetuosa de la personalidad de todos ellos y democrática en el mañana que pfervorosamente soñamos. La bandera tricolor de España tiene, al parecer, su origen en el propósito de los republicanos federales de  reunir en la enseña nacional todos los colores de los antiguos Estados peninsulares. En tal caso debió de haber sido blanca, roja y amarila (blanco era el color de León, rojo el de Castilla y Navarra,  rojo y oro los de Aragón). Afortunadamente para la vistosidad de nuestra enseña, los autores de la idea siguieron una falsa tradición.

No hay comentarios: