jueves, enero 31, 2008

El Pendón Morado de Castilla (El Origen de la Confusión)

Esta novedad del color morado procede, aproximadamente, de 1831. Para estrechar los lazos existentes entre la Corona y el Ejército, ante las intrigas de los absolutistas, la Reina María Cristina haría entrega de una Bandera, o Estandarte según los casos, a la primera Unidad de cada Arma, en representación de cada una de ellas. En principio, con el regalo de estas Banderas honoríficas se pretendía dar al Ejército:


" testimonio público de mi aprecio por la lealtad con que se sostienen los sagrados derechos de Rey "


Estas enseñas especiales fueron de color morado para el Regimiento "inmemorial del Rey" de Infantería y para el de Ingenieros, que ya las tenían así.

El primero, desde hacía poco: el 14 de octubre de 1830 obtenía este Regimiento satisfacción a una vieja aspiración, pues desde principios del siglo XVIII, y llamándose "Castilla’, deseaba tener en honor de su denominación la Bandera Morada; se consideraba más antiguo que el Regimiento de Reales Guardias de Infantería Española al que se le asignó una Bandera Morada en su más moderna creación. Lo había intentado por la vía de los hechos consumados en 1738, pero una Real Orden lo atajó. En 1766 había formulado una serie de peticiones, entre las que se encontraba la de variar su denominación por la de Regimiento "del Rey", y una Bandera Morada y de nuevo se le negó una enseña especial. Finalmente, después de la reestructuración del Ejército llevada a cabo tras el fin del llamado "Trienio Liberal " en 1823, se debió reiterar la petición que acabó con éxito para el Regimiento en 1830.

El Regimiento de Ingenieros tuvo las Banderas de color morado desde su organización en 1802.

Por otra parte, sobre el color morado se iba formando la idea (inexacta) de que había sido el representante del viejo reino de Castilla, de tal modo que hasta el Guión Real pasó a ser de este color.

Estas cuestiones, probablemente, originaron en Artillería el abandono del tradicional color azul de sus Banderas sencillas, y en Ingenieros y en el "Inmemorial del Rey" la gradual sustitución de sus morados iniciales, cuyo tono estaría cercano al granate, por un morado más azulado.

En 1843 se ordenó la sustitución de cualquier colorido en las Banderas por el "Nacional" compuesto por las listas roja—amarilla—roja de los buques de guerra. Tan sólo dejaba como recuerdo de las Banderas Moradas el que las del nuevo colorido que las sustituyeran llevaran corbatas de ese color. Pero el 19 de noviembre de 1850 el General Jefe de Ingenieros solicitó volver a usar las anteriores Banderas Moradas, pues las habían conservado cuidadosamente y las nuevas rojas y amarillas sorprendentemente ....se hallan casi destruidas". La petición la hizo para los II y III Batallones, pues el I , ni siquiera había dejado de usar la suya Morada.

El Director de Infantería solicitó, con fecha 6 de enero, lo mismo para el Inmemorial , cuyo resultado fue la concesión de lo solicitado por ambos con fecha 15 de enero de 1 851.

Nuevamente, obtienen los Ingenieros Banderas moradas en 1860 para el recién creado 2º Regimiento.

Quizás no fuera ajeno a la resistencia en adaptar las nuevas Banderas nacionales que se apreciaba en el Regimiento "Inmemorial", el hecho de que se le entregara una Bandera honorífica con el nuevo colorido, aunque con simbología especial, en conmemoración de sus méritos en la Guerra de Africa de 1859.

Respecto las Banderas Moradas de Artillería, se recoge en su Reglamento de Uniformidad del 12 de julio de 1861 "que continúen", de lo que se deduce que la variación se había llevado a cabo anteriormente.

El 19 de marzo de 1.871, en el reinado de Amadeo 1, se ordenó el cumplimiento general de lo decretado en 1.843, sobre los colores de las Banderas, anulando cualquier privilegio. Sin embargo, se volvió a transigir el 12 de enero de 1875 ante la petición de recuperar las Banderas Moradas del "Inmemorial " que, en esta ocasión, si habían sido dadas de baja.


El 16 de abril de 1875 se intentó de nuevo unificar el colorido de las Banderas manteniendo el Decreto de 1843, suprimiendo incluso las corbatas moradas de recuerdo, sin que en ninguna ocasión se llegara a lograr plenamente, ya que en 1878 las Banderas de Ingenieros seguían siendo moradas, como más adelante, en 1886.

Pero desde 1882 en Artillería se había cedido, pues se adaptaron para las Banderas de los nuevos Batallones que se organizaran, "... los colores rojo y amarillo, que son hoy día el emblema de la nacionalidad’. También el "Inmemorial" cedió un tanto, pues en el Reglamento de Uniformidad de Infantería de 18 de agosto de 1886 se decía que "... el Regimiento del Rey usa, además de la Bandera nacional, el Pendón Morado de Castilla".



* datos del libro " Recopilación de apuntes sobre la tradición y modernidad del regimiento ... "( Autor: Fernando Sánchez Fernández )

jueves, enero 10, 2008

El Pendón de Castilla Del verdadero pendón de Castilla y Origen de la confusión

El Pendón de Castilla Del verdadero pendón de Castilla y Origen de la confusión


"...Aquel Fernando venturoso espera que corone el alcázar de Sevilla de las rojas banderas de Castilla."

Así canta Lope de Vega en el libro XV, 22-24 de la Jerusalén Conquistada.

Ahí está el pendón, en campo de seda carmesí, que se conserva en la iglesia de San Martín; capilla de Nuestra Señora del Racimo o de los Arias Dávila, nave del Evangelio, de la ciudad de Segovia; el de la villa de Sepúlveda, en el salón de Sesiones del Ayuntamiento, a la derecha del estrado presidencial, rodeado de pergaminos medievales con el sello encarnado, el guión enarbolado por Isabel I de Castilla en la toma de Granada y que se custodia en la Real Capilla de la catedral granadina, como el pendón que todos los años, el 2 de Enero, encabeza la procesión cívica conmemorativa del acontecimiento histórico; el pendón depositado hoy en la Sala del Solio del Alcázar de Segovia; las enseñas de Carlos I, en seda carmesí; otra de Don Juan de Austria,de su última campaña, en damasca del mismo color que se conserva en la Armería del Palacio Real de Madrid, o los dos viejos pendones de Castilla que en julio de 1977, 'han sido bajados de la parte alta de la iglesia colegiata de Medina del Campo, donde aparecían colgados desde hacía varios siglos. Fueron bajados para su estudio por una comisión investigadora designada por el Ayuntamiento de Valladolid integrada por Don Amando Represa, director del Archivo Histórico Nacional de Simancas y Don Juan José Martín González, catedrático de Historia del Arte. Después de su examen, el, doctor Represa hizo constar textualmente que "es indiscutible que la bandera de Castilla es de color rojo carmesí".

Citaremos asimismo por último y de modo particular el pendón, rojo naturalmente, de las Navas de Tolosa, que se guarda en el Monasterio de las Huelgas (Burgos) y bajo el que lucharon las milicias concejales de Avila y Segovia en el ala derecha de la vanguardia de vizcaínos, alaveses y guipuzcoanos, en uno de los hechos más decisivos -contestación a la avalancha almohade- de la historia de España y aun de Europa.

El rojo es el color de la enseña y escudo de Burgos, y los de Soria y Avila. El color de las cruces que campeaban como distintivo de la rebelión en el pecho de los Comuneros, que por supuesto no alzaban ningún pendón morado. Escritores, historiadores y estudiosos de muy distintas ideologías han reiterado el color rojo carmesí como el color del pendón de Castilla.

Por último en el Libro de Actas del Ayuntamiento de Valladolid se encuentra reiteradamente una descripción de que el pendón de Castilla "era grande y algo pesado, de tres varas y media de ancho y largo, de damasco carmesí, con las armas de Castilla por ambas partes pintadas en el dicho pendón".

Ante esta parrafada histórica en pro, defensa y evidencia del verdadero color del pendón de Castilla, cabe preguntarse el por qué del confusionismo con el color morado. Esto exige una explicación.

Hay que partir de Felipe IV, que por un decreto de 10 de Septiembre de 1.634 creó el "tercio de los morados". ¿Qué y quienes formaban el Tercio de los Morados, también llamado provincial de los Morados? El "tercio de los Morados" fue una guardia real en cuyo uniforme destacaba el color morado, cuya bandera ostentaba los atributos del Conde-Duque de Olivares. A esta guardia en el siglo XVIII se le denominó regimiento de Castilla (salta a la vista que su nombre es una usurpación a nuestra región) y más posteriormente se le llamó "Regimiento del Rey" con la calificación de Inmemorial. En 1.824, al restablecerse el régimen absolutista fue disuelto como las demás tropas constitucionales por la represión de Fernando VII y su bandera depositada en, la Iglesia Mayor de Reus, donde se encontraba su Plana Mayor. De allí pasó en el mismo año a la Basílica de Atocha y en 1.849 a la Real Armería; pero esta bandera- pendón de los Morados nada tiene que ver con el pendón de Castilla sino que fue simplemente el de la enseña personal del Conde-Duque de Olivares, fundador del "tercio de los Morados". En realidad tampoco realmente era su color morado según el concepto actual del violeta oscuro, próximo al azul, sino rojo grana como el zumo de la mora (de ahí lo de morado). Así en los inventarias antiguos de la iglesia de Atocha el "pendón de los morados se cataloga como "estandarte de damasco encarnado con fleco de seda en toda su circunferencias".

El tránsito al morado oscuro como símbolo de expresión de la democracia castellana se opera por la conjunción de dos factores: De una parte los Borbones españoles consagraron con valor oficial para la Casa Real el color morado en lugar del púrpura que antes había sido el oficial de la realeza. El artículo 15 de la Instrucción sobre insignias, banderas, honores y saludos, aprobada por, real decreto de 13 de Marzo de 1.867, determina que el estandarte real sea una bandera cuadrada de color morado, que se izaba en los edificios y buques en que, se encontraba el Rey. De otra parte, la sociedad secreta de "Los Comuneros" formada en 1.821, secta desgajada. de la masonería española, se hacían llamar sus miembros "caballeros de Padilla" y editaban un periódico, "El eco de Padilla", usan en sus ritos escudos de hojalata y se organizan en torres, castillos, fortalezas y casas fuertes. Su simbología según refiere Cesáreo Fernandez Duro en sus "Disquisiciones naúticas" (1.877-81) refiere que en su estatuto prescribieron que el estandarte de la sociedad (que llamaban "estandarte de Padilla" y al que Galdós califica de harapo) sería el morado con un castillo blanco en el centro, y por distintivo individual una banda morada.

Por todo lo expuesto y de acuerdo con la tradición histórica hay que concluir que EL GENUINO PENDON DE CASTILLA ES EL ROJO CARMESI y la adopción de este genuino pendón es una de las facetas en la que debemos apoyarnos para sacar del insomnio y de la postración a todos los castellanos.

Lucas Hernández

El pendón de Castilla

Con motivo del progresivo reconocimiento del pendón rojo carmesí como enseña de Castilla, algunas personas propalan la especie de que "el morado es el color de los regionalistas de izquierdas, y el rojo carmesí, de los de derechas".

Esta proposición es notoriamente falsa y parece necesario denunciar públicamente su inexactitud.

Es un hecho, una evidencia histórica que racionalmente no se puede negar, que la enseña de Castilla, como pueblo, como nacionalidad que desarrolló una lengua, una cultura y unas instituciones sociales, económicas y jurídicas peculiares, incluso a nivel de realización cívica en un Estado castellano, es el pendón rojo carmesí con el castillo dorado.

Pero no se trata ahora de este temo, sino de salir al paso del infundio y contribuir a la claridad frente a la confusión que tanto perjudica a la causa castellana.

No lo hacemos ciertamente porque rechazamos o creemos de peor condición ética a los regionalistas "de derechas". Nuestra concepción del regionalismo castellano -en la fase histórica que estamos viviendo, y en función de la crítica situación en que se encuentra la región- es la de una empresa popular, ciudadana y comunitaria , a la que son llamados todos los que sientan el espíritu castellano y aspiren a la renovación y resurgimiento cultural, económico y vital de nuestro pueblo. De esta tarea común -cualquiera que sea la opción política concreta que cada uno acepte- nadie puede ser excluido en principio, ni debe ser tratado en forma peyorativa por motivaciones ideológicas. Sólo los hechos podrán señalar y excluir a aquellos que con sus actos demuestren que únicamente representan a los explotadores, y también a los manipuladores, del pueblo de Castilla.

Reconocer que el color emblemático de Castilla es el rojo carmesí no es ser de derechas ni de izquierdas. Es, sencillamente, aceptar un hecho que forma parte de nuestra tradición como pueblo.

Por ejemplo, don Luis Carretero y Nieva, ingeniero segoviano, puede legítimamente ser considerado como el padre del regionalismo castellano. En 1918 publica su obra "La cuestión regional de Castilla la Vieja (El regionalismo castellano), en la que después de un completo análisis de todos los componentes de la identidad castellana, propone como objetivo inmediato la constitución de la Mancomunidad de las Diputaciones provinciales de Castilla.

Don Luis Carretero no fue un hombre conservador, sino hondamente progresista. Al término de la guerra civil española se exilió a Méjico, donde ha muerto, con el dolor de su definitiva ausencia de esta Castilla a la que amó y sirvió tanto.

En su obra fundamental, Las nacionalidades españolas, segunda edición publicada en Méiíco en 1952, podemos leer lo siguiente:

"Incluso en detalles pequeños y anecdóticos se observa el embrollo alrededor de Castilla. Por ejemplo, es frecuente oír hablar de su pendón morado. Este color nunca lo fue de Castilla, que tuvo por suyo el rojo, conservado como tal en Burgos, su antigua cabeza. El color morado parece que se lo dio Felipe IV a una guardia real que se creó en su reinado (tercio de los morados). Lo adoptó, pues, pasados siglos de que Castilla dejara de existir como Estado independiente, la casa real española. El escudo de Castilla es un castillo de oro sobre gules. Por un capricho de la Historía el color de Castilla es el rojo, y por tan poderosa razón, el morado tiene un origen real".

La hora, harto difícil pero esperanzada, de Castilla no es para que nos dediquemos a ponemos sambenitos unos a otros, sino para que nos sintamos solidarios y trabajemos juntos por la causa común,- que es, a nuestro entender, el despertar de la conciencia colectiva Y la promoción de todos los valores o intereses de nuestra tierra.

Para alcanzar estos objetivos, particularmente para el reencuentro con nuestra identidad de pueblo, es fundamental que sepamos enraizar en la tradición castellana, en la auténtica, y utilizar todos sus elementos válidos, como sustancia del progreso, que diría Unamuno. Afortunadamente, nuestra tradición es popular, democrática, comunera y foral: en una palabra, progresista. Toda ruptura con una tradición de esta clase constituiría un imperdonable error.

Conviene recordar, para no reincidir en la torpeza, el que amplios sectores de la Izquierda española cometieron en el pasado al ignorar el potencial renovador de la tradición nacional y abandonarlo en manos de las fuerzas reaccionarias. Se lo señaló Menéndez Pidal: "A pesar de Costa, Ganivet o Unamuno, las izquierdas siempre se mostraron muy poco inclinadas a estudiar y afirmar en las tradiciones históricas espacios coincidentes con la propia ideología. Tal pesimismo histórico constituía una manifiesta inferioridad de las izquierdas en el antagonismo de las dos Españas. Con extremismo partidista abandonan íntegra a los contrarios la fuerza de la tradición".

He aquí, para terminar, lo que no debe hacerse. Puesto que tratamos de encontramos como pueblo, es preciso que volvamos a nuestras fuentes y que, en todo lo que sea posible, positivo y valedero, permanezcamos unidos a la tradición del propio pueblo.

Castilla nº3 Abril 1979

jueves, enero 03, 2008

Sobre la Bandera de Castilla y León

A propósito de esta bandera debe advertirse el error en el que se está incurriendo, tanto por organismos oficiales de la región ( Ayuntamientos, Diputaciones, incluso la propia Junta de Castilla y León, etc.) como particulares, al izar en sus centros no auténticos "pendones" sino simples escudos de armas en tela.

El Pendón (hay que subrayarlo) es una bandera; es decir, un paño en el que debe figurar el escudo de armas, como se aprecia aún en un raro ejemplar auténtico del siglo XVI conservado en la Iglesia Colegiata de San Antolín de Medina del Campo, y que perteneció al Concejo de dicha villa castellana.(Gerardo Moraleja: "Historia de Medina del Campo". Medina del Campo, 1971, 1ª parte, cap. 18, pp. 264-268.)

Para entenderlo mejor: es como si la bandera de España se redujera simplemente a su escudo, sin el paño rojo y gualda en el que se estampa.

Amando Represa (Director del Archivo General de Simancas)

[Nota número 10 a pié de página ( pag.19) del libro "El Pendón Real de Castilla", Ediciones Ámbito, 1983, Valladolid.)]