A VUELTAS CON EL PENDÓN
Con la euforia de las autonomías y la búsqueda de la personalidad y simbología representativa de cada una de las partes que componen nuestra España, referente a Castilla existe la controversia de si el pendón es rojo carmesí o morado.
En un intento de esclarecer la duda expongo a continuación la historiografía del Pendón de Castilla.Serafin Maria de Soto en sus "Memorias para la historia de las tropas de la Casa Real de España (Madrid 1.824) es quien nos da la primera referencia escrita del llamado "pendón de Castilla morado". Dice que el Regimiento de Guardias Españolas, el más calificado de los cuerpos de infantería, "se le dió por su primera bandera el pendón morado de Castilla que debía residir en la compañía coronela".
Sin embargo, es un hecho, una evidencia histórica, que el color emblemático de Castílla y del estado castellano fue siempre el rojo carmesí. Su escudo un castillo de oro de tres torres sobre campo de gules. Como lo evidencia el hecho que desde el siglo XII esta heráldica castellana -fondo rojo tras el castillo gualdo- aparece constantemente en los sellos rodados de toda clase de documentos y díplomas y en cualquier otra representación o símbolo de Castilla.En los escudos policromados del que fuera palacio real de Enrique IV, en la plaza de la Reina Doña Juana, en Segovia; en. la Heráldica que exorna el baldaquino sobre el sepulcro de los Mártires, en San Vicente de Avila; en los sellos de Alfonso X y Enrique IV; en la reja del presbiterio de la iglesia de Nuestra Señora de Soterraña, de Santa María de Nieva, como en el retablo principal de la capilla del Hospital de la Magdalena de Cuéllar; en los escudos de armas de los Reyes Catolicos, en las miniaturas de los códices alfonsíes, Cantigas, Libro de la Coronación y Libre del Ajedrez, siglo XIII, de El Escorial o en los grabados militares de caballeros del siglo XIV del Libro de los Caballeros de Santiago, de el Archivo Municipal de Burgos. El AUTENTICO PENDON DE CAÁTILLA ES ROJO CARMESI
Tanto es así, que incluso los mismos castellanos, a la hora de hablar de autonomía para sus tierras, muestran sus reticencia,s en incluir entre estas a Madrid. Sin ir más lejos, en el primer número de esta revista (Nuestra Castilla) vemos en la portada un mapa de Castilla lleno de castillos y leones y con una sospechosa brújula sobre Madrid, que, además, está en el centro. ¿Tan necesaria era la orientación?.
Ni que decir tiene que las preautonomías que se ,ha montado UCD con la colaboración del resto de los partidos parlamentarios madrileños no tuvieron a bien integrarse enel extraño "ente preautonómico Castilla-La Mancha", lo que no quiere decir que no se integren cuando la coyuntura cambie. Las razones económicas y políticas prevalecen sobre las puramente nacionales a pesar de lo que se diga.¿Y qué se dice?. Que Madrid ha cambiado mucho y que su realidad actual no se ajusta a la del resto de las tierras castellanas.
Evidentemente, Madrid ha cambiado. Los siglos no pasan en balde. Como también han cambiado aunque en otro sentido, el resto de las tierras castellanas. Más ¿Cabe por ello negar el carácter castellano de Madrid? ¿No tenemos derecho los madrileños a recuperar nuestra identidad castellana?Cualquier manual de geografía e historia nos muestra que Madrid ES y ESTÁ en Castilla. Y si se nos argumenta que las realidades económicas son las que históricamente han cambiado el rumbo de los pueblos, cabe preguntarse entonces, según esto, si en vista de esas realidades económicas actuales existe Castilla.
Pues ¿donde está Castilla?, ignorada entre carreteras y ferrocarriles que pasan indiferentes por sus pueblos, desertizada por la marcha de los campesinos a las ciudades. Si Madrid no es Castilla ¿donde está Castilla?. Y si Castilla no es Madrid ¿qué sentido tiene Madrid, que ha absorbido a tantos y tantos castellanos? ¿qué seria de Barcelona fuera de Cataluña? ¿y los catalanes sin Barcelona?Si tratamos de recuperar Castilla como pueblo, hay que contar con los madrileños, pues supongo que está claro que cuando decimos "recuperar" no estamos pensando en la Castilla medieval sino en la actual, si es que existe.
En el fondo, el,problema es el de siempre- la diferencia que hay entre nuestros anhelos y la realidad, ese enfrentamiento constante entre el espíritu que queremos eterno de Castilla y su realidad cambiante. Ya lo dijo Espronceda:"Aquí, para vivir en santa calma,o sobra la materia o sobra el alma".
FRANCISCO DE DIOS(Rev Nuestra Castilla)
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