miércoles, octubre 29, 2014

VII Aniversario: Despedida, cierre....y hasta pronto

Tras cumplirse al séptimo aniversario de este blog, simplemente queremos dar las gracias a las docenas de personas que nos han venido siguiendo durante estos años.

Tras esto, comentar el cierre de este blog, a partir de estos momentos Vexicastilla se integra en el Centro de Estudios Castellanos (C.E.C). Progresivamente la información que aparece en este blog será trasladada al blog del C.E.C, además de que el nuevo material irá apareciendo en dicho blog (¡ ya está apareciendo !)

Gracias  a todos.

http://centrodeestudioscastellanos.blogspot.com.es/"> Blog del C.E.C

miércoles, marzo 26, 2014

El morado no es el color de Castilla


VENTURA LEBLIC
Día 19/03/2014

El color del llamado pendón de Castilla no es, ni nunca fue morado. Todo arranca en el siglo XIX, cuando algunas sociedades y partidos, ni cortos ni perezosos recurren al color morado que utilizaba alguna unidad militar, que de Castilla solo tenía el nombre, atribuyendo este color a nuestra tierra castellana y al de los comuneros. Con esta falacia cromática cometieron uno de los mayores errores de la historia de la vexilología española, induciendo a su mal uso incluso a las instituciones, condicionando el futuro y divulgando lo que nunca fue. Tanto es así que hasta muchos castellanos aún hoy, se lo creen.

Cuando se ha modificado erráticamente un símbolo, debe ser rehabilitado el correspondiente a la verdad histórica. Castilla y los castellanos debemos recuperar lo que nació en Castilla y no en la imaginación tardía de los románticos del XIX que influyeron en los partidos y círculos republicanos.

El pendón viejo de Castilla o bandera castellana es roja o con matiz carmesí, como lo usaron sus reyes, o las milicias concejiles de las principales ciudades castellanas, entre ellas Toledo.

Los comuneros que representaron a las ciudades castellanas, usaron sus estandartes de color rojo carmesí, como hoy algunas ciudades lo continúan usando. Fue ese color y no otro, el que llevaron los comuneros en Villalar. En esta batalla no se vieron banderas moradas por ningún lugar, ya que no existía en Castilla dicho color para representar ni al territorio, ni a sus ciudades.

Por otra parte si somos observadores, solo debemos fijarnos en el color del campo (fondo) del cuartel de Castilla en el escudo nacional de España. Como salta a la vista es rojo. Como el campo del escudo de León es blanco, el de Navarra rojo y el de Aragón amarillo. Sus banderas históricas por tanto, responden a estos colores. ¿Dónde está el morado?.

Este error cromático para representar a Castilla, se repitió en la bandera adoptada por la II República, cambiando el rojo (verdadero de Castilla) por el morado en una de sus franjas. Paradójicamente convirtieron la bandera del partido republicano, en mas monárquica, ya que el morado era el color del rey Alfonso XIII y sus antecesores desde 1833. Sus orígenes se remontan al rey Fernando el Católico cuya guardia personal usó este color (“el color viejo de Aragón”) desde 1504 y continuó en los diferentes regimientos que sucedieron a esta vieja unidad del siglo XVI.

Una vez que las naciones fijaron sus banderas, dejaron de ser símbolos dinásticos o militares para solo representar a la nación, es decir al conjunto de sus ciudadanos y sus territorios. Esto ocurre en casi todo el mundo, salvo en algunos países en los que sus dirigentes, hicieron de los símbolos de sus partidos, los de la nación. Una vez desaparecidos estos regímenes, volvieron a sus símbolos tradicionales y permanentes.

Nuestra Constitución de 1978 recoge la tradición histórica de la bandera de España, que aunque utilizada desde el reinado de Carlos III en la Armada y sus establecimientos, fue un decreto de 1843 la que la convierte en nacional. Por estas fechas unifican y fijan sus banderas muchas naciones antiguas de Europa, que son las que hoy conocemos sin variación. Es lo normal. Las banderas nacionales no simbolizan las formas de gobierno o del Estado, sino a la Nación misma, por eso tienen continuidad en el tiempo. Solo cuando existe cambio de régimen, se modifican los símbolos del Estado, es decir, el escudo que se coloca sobre el paño de la bandera, pero ésta permanece inalterable, como inalterable es la Nación, aunque haga tan poca gracia a nacionalistas. En la convulsa España del siglo XIX se mantuvo, sin alteración alguna, la bandera bicolor desde su establecimiento definitivo. Aunque ya fue utilizada en Cádiz en 1812, también por la revolución progresista llamada «la Gloriosa» de 1868, como por la República federalista en 1873, o por la restauración monárquica. En el siglo XX salvo el corto paréntesis de la II República, ha continuado nuestra bandera nacional hasta hoy.

El 2 de febrero de 1932, Unamuno afirmaba en «El Sol» que la bandera roja y gualda (amarilla) «no es ni ha sido bandera monárquica, ni era de la Casa de Borbón, lo era de todos los españoles monárquicos y republicanos… guardando el sentido civil y patriótico de la continuidad histórica».

ABC

miércoles, octubre 16, 2013

Valmojado: ¿El Acueducto de Segovia en una bandera de un pueblo toledano?


Evidentemente, este pueblo perteneció a la Comunidad de Villa y Tierra de Segovia. Tras su desaparición, sus pueblos quedarón repartidos por varias provincias. Al menos , en este caso, conservan su memoria histórica, que no es poco.

lunes, septiembre 16, 2013

Luis Carretero sobre el Pendón de Castilla (Las nacionalidades españolas, 1952)


Incluso en detalles pequeños y anecdóticos se observa el embrollo alrededor de Castilla. Por ejemplo, es frecuente oir hablar de su pendón morado. Este color nunca lo fué de Castilla, que tuvo por suyo el rojo, conservado como tal por la ciudad de Burgos, su antigua cabeza.

El colo rmorado parece que se le dió Felipe IV a una guardia real que se creó en su reinado (Tercio de los morados). Lo adoptó, pues, pasados siglos de que Castilla dejara de existir como Estado independiente, la casa real española,  que lo ha usado hasta su derrocamiento, y tiene de castellano tanto como de catalán o andaluz

Ya entrado el siglo XIX se divulgó bastante la creencia en la tradición del "pendón morado de Castilla", y como tal y por considerarlo históricamente ligado a la democracia castellana fué adoptado este color por la Milicia Nacional y por la sociedad secreta de "Los Comuneros" - no poco grotesca y muy ignorante de lo que fueron las comunidades castellanas -. A pesar de que serios trabajos de eruditos demostraron lo infundado de tal tradición,  es un hecho que se ha extendido ampliamente, siendo hoy para muchos firme creencia .

Así como el color de la ciudad de Burgos ha sido siempre el rojo de Castilla  y rojas son - o por lo menos lo eran hasta 1936 - las cintas con que los dulzaineros y tamborileros del ayuntamiento adornan sus negros sombreros en las ceremonias y fiestas locales; el color tradicional de la Ciudad y Tierra de Segovia es el azul celeste,  del fondo de su escudo,  que junto con los colores reales (rojo de Castilla y blanco de León) se encuentra ya en los hilos de seda de que cuelga el sello de su concejo en documentos del siglo XIV. Azul celeste es la bandera segoviana, azules eran los tambores de la Ciudad y azules las medias del traje típico de los segovianos. A fines del siglo pasado o principios del que corre, un alcalde,  con dos títulos universitarios y más autosuficiencia que saber, decidió,  por las buenas,  que los vivos azules tradicionales de la gente uniformada del ayuntamiento de Segovia "estaban mal" y ordenó que se cambiaran por otros morados, "por ser éste el color de Castilla"; y así quedaron desde entonces. Es una anécdota trivial, oida a un viejo segoviano, pero que nos parece oportuno anotar en este punto.

El escudo de Castilla es un castillo de oro sobre gules. Por un capricho de la historia el color de Castilla - como el de Navarra - es el rojo; y por tan poderosa razón el morado, que distingue la bandera republicana de la monárquica, tiene un origen real. Si queremos dar una significación - cosa por lo demás innecesaria - a ese color de nuestra bandera, puede bién representar la unión de los publos hispanos; centralista y tiránica hoy, respetuosa de la personalidad de todos ellos y democrática en el mañana que pfervorosamente soñamos. La bandera tricolor de España tiene, al parecer, su origen en el propósito de los republicanos federales de  reunir en la enseña nacional todos los colores de los antiguos Estados peninsulares. En tal caso debió de haber sido blanca, roja y amarila (blanco era el color de León, rojo el de Castilla y Navarra,  rojo y oro los de Aragón). Afortunadamente para la vistosidad de nuestra enseña, los autores de la idea siguieron una falsa tradición.

martes, mayo 14, 2013

El pasado leonés aflora en tierras pucelanas


El hallazgo de un pendón recuerda a Becilla de Valderaduey su origen leonés.

Las labores de limpieza realizadas el pasado fin de semana en la iglesia de la localidad vallisoletana de Becilla de Valderaduey, con motivo a la celebración de la fiesta del Cristo el primer domingo de mayo, destaparon un pequeño tesoro leonés que permanecía oculto en un almacén del templo.

Un bulto cubierto de gran tamaño, situado en un almacén de la iglesia junto a viejos adornos navideños, llamó la atención a los miembros de la cofradía del Santísimo Cristo de las Aguas mientras hacían la limpieza. El alcalde de la localidad, Gilberto Castañeda, que además es arquitecto e historiador, enseguida se dió cuenta de que no se trataba de un objeto cualquiera y mandó abrirlo.

Grande fue la sorpresa cuando descubrieron que se trataba de un pendón leonés. «Enseguida me dí cuenta del orígen del estandarte, por su inequívoco color rojo carmesí y por las bandas de color oro que lo atraviesan», explicó el regidor a este periódico.

Rápidamente se abrió el debate en esta pequeña localidad de unos trescientos habitantes. Los más ancianos del lugar recuerdan haberlo visto sacar alguna vez, aunque sin ponerse de acuerdo en la fecha ni en el año. Lo cierto es que este curioso hallazgo recuerda que este pueblo ubicado al norte de Valladolid tiene un pasado leonés, ya que era uno de los que pertenecieron a la provincia hasta comienzos del siglo XIX, cuando la reorganización territorial llevada a cabo entonces lo puso al otro lado de la frontera que divide León y Valladolid. A pesar de ello, no fue hasta 1952 cuando la localidad dejó de pertenecer al Obispado de León.

Tras un primer estudio, Gilberto Castañeda, gran amante del periodo histórico en que Castilla y León eran dos países diferentes, precisa que «se trata de un pendón prácticamente de batalla, con una vara que mide unos cuatro metros, de seda adamasquinada color morado carmesí, dividido en cuatro bandas por líneas de oro, estando orlado en el mismo color. Dispone de remos a ambos lados para ayudar en su desplazamiento peatonal».

El pendón aparecido recuerda la grandeza un tiempo atrás de un municipio que hoy supera mínimamente los 300 habitantes, que tras el tratado de Sahagún entre los reyes de Castilla y León era uno de los dos pueblos hoy pertenecientes a Valladolid que seguían perteneciendo a León, cuando muchos de los pueblos que hoy son León no lo eran, como Sahagún.

La villa de Becilla se encuentra habitada desde la prehistoria. De hecho aún conserva numerosos restos de la presencia romana entre los que destaca el puente y la calzada elevada así como mosaicos y esculturas.

Pero será en la Edad Media en la que tal vez brilló más su historia, como una de las villas fortificadas del reino de León en la frontera con Castilla, controlando la frontera de la cañada real leonesa occidental. De aquí partió el linaje de Osorio de Villalobos, señor de la villa y uno de los principales conquistadores de Coria a los moros; linaje que con el tiempo tendría, entre otros títulos, el de señor de Valderas y Marqués de Astorga.

El lábaro desmontado


Un estudio del investigador Joaquín González Echegaray tacha de «invento» las raíces históricas de la bandera propuesta por ADIC como símbolo de Cantabria

El inesperado protagonismo del lábaro en los últimos meses ha reabierto viejos debates en la sociedad cántabra. La ostentación de esta bandera durante la celebración del treinta aniversario del izado de la enseña oficial, además de la petición de la Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC) en el Parlamento para que sea reconocido como símbolo de la región, ha recibido respuesta. El historiador Joaquín González Echegaray rebate en un estudio todos los argumentos que vinculan el lábaro con Cantabria.

Para el presidente de ADIC, Bernardo Colsa, esta bandera «es un fenómeno sociólogico de primera magnitud, con referencias desde hace más de 2.000 años». Pero esta supuesta base histórica queda desmontada en las veinte páginas publicadas por el director del Instituto para Investigaciones
Prehistóricas en la revista Altamira, del Centro de Estudios Montañeses. González Echegaray, tacha al lábaro de «invento con fines políticos». «No tiene ningún rigor, ni fundamento científico», añade el también historiador José Luis Casado Soto.

La bandera más antigua

Las banderas no empezaron a existir como tales hasta el siglo XVIII, cuando un grupo de compañías inglesas, Union Jack, creo la que luego se adoptó como oficial de Gran Bretaña -y que el hermano de Sabino Arana copió más tarde para la ikurriña-.

En España, la enseña más antigua es la actual oficial de Cantabria. Existen testimonios de la bandera rojiblanca cuando Santander recibe el título de ciudad en 1755. Después, en 1848, a cada provincia marítima se le concede su propia enseña.

Hasta ese momento, «no existe la más mínima evidencia de que los cántabros tuvieran símbolos y señas comunes, ni siquiera cuando llegaron los romanos», explicó Casado Soto.

Símbolo militar

El estudio publicado en el tomo 75 de la revista Altamira, explica que el «verdadero lábaro» nada tenía que ver con Cantabria, sino con un símbolo militar utilizado por Constantino en el siglo IV d.C.. Sustentado en textos de la época, González Echegaray describe el lábaro como una 'X' sobre la que se superpone una 'P', anagrama llamado Crismón que representa a Cristo. Y es que este emperador acudía a la batalla bajo el lema 'En nombre de Cristo vencerás siempre'.

Los romanos sí tenían una enseña denominada 'Cantabrum' que, según dos autores del siglo II d.C, Minucio Félix y Florens Tertuliano, utilizaba una compañía ecuestre de tropas auxiliares. Sin embargo, nada tenía que ver con el símbolo del lábaro. «Era un vástago con cruceta sobre el que pendían las letras de la unidad», describe el historiador.

Apoyo político

«Cuando estas reivindicaciones tienen apoyo político me asustan. Se utiliza la historia como una caricatura que mueve tripas y no cabezas. No estoy en contra del regionalismo, pero estoy obligado a defender el rigor histórico. No entiendo porqué se inventan la historia si nuestra región tiene un pasado tan rico», señala el investigador, quien ve en esta reivindicación del lábaro similitudes con lo que ocurre con la ikurriña en el País Vasco. «No podemos jugar a lo que juegan nuestros vecinos radicales», añade Casado Soto.

En el Museo de Bellas Artes hay un cuadro, fechado en 1836, que retrata la Batalla de Vargas. En él aparecen los liberales de Santander saliendo al encuentro de los Carlistas que amenazan la capital. La bandera que ondean los primeros ni tiene el fondo púrpura ni un lábaro. Es, a partes iguales, roja y blanca.

viernes, marzo 01, 2013

Bandera de la Provincia de Logroño (III)

Más información sobre la bandera de Logroño:
La bandera provincial de 1971 se aprobó en la provincia, pero no llegó a cumplir el trámite de la Real Academia de la Historia. En dos ocasiones además: primero, en 1971, por la pérdida del expediente, y la segunda vez en 1975-76, ya que se abandonó su trámite por el debate autonomista que llevó a la cración de la comunidad autónoma de La Rioja.